Calidad del aire. Bienestar. De qué forma los árboles añaden valor a las calles de la ciudad.
David Elliott es el director general de Trees for Cities, una organización benéfica global con sede en el Reino Unido que trabaja con personas que viven en ciudades, principalmente en zonas pobres, donde la contaminación del aire constituye un problema cada vez mayor. La ONU estima que más de 6,000 millones de personas conviven con niveles peligrosos de contaminantes en el aire, lo que tiene efectos devastadores en la salud.
Utilizando Londres como ejemplo, David explicó de qué forma los altos edificios de la ciudad y la densa y congestionada red de carreteras son dos elementos que, combinados, provocan que la calidad del aire sea la peor del país. En la actualidad, la ciudad incumple la normativa europea en materia de calidad del aire y las autoridades están esforzándose al máximo para mejorar sus niveles de contaminación. Se calcula que miles de londinenses mueren de forma prematura debido a que sus problemas de salud se complican por la calidad del aire.
Pero no todo son malas noticias, ya que cada año los árboles de Londres eliminan 2.4 millones de toneladas de contaminación, como dióxido de carbono, polvo y toxinas gaseosas. Un informe de 2014 publicado después de que se llevara a cabo el estudio más ambicioso de su categoría sobre árboles urbanos, mostró que en Londres estos proporcionaron «al menos 133 millones de libras esterlinas de beneficio en términos de eliminación de la contaminación atmosférica, captura de carbono y reducción de la cantidad de agua que se pierde por los desagües».
Los árboles de las ciudades no solo eliminan la contaminación y añaden verdor a las a menudo monótonas carreteras y edificios. También reducen la contaminación como el dióxido de carbono del aire, liberan oxígeno, reducen las inundaciones, refrescan la temperatura en verano y absorben el ruido que genera el tráfico. Proporcionan biodiversidad, creando un hábitat para las aves y la vida silvestre, brindan una sensación de bienestar y hacen que calles aparentemente normales se vean hermosas.
Trees for Cities ayuda a las comunidades que viven en zonas urbanas proporcionando árboles para que la gente local los plante en sus propios barrios. Ofrecen conocimientos y apoyo, pero son los propios ciudadanos los que participan en la plantación.
David Elliott señala: «La razón para dar espacio a los árboles, en particular en zonas afectadas por la marginalidad social, no es únicamente hacer más atractivos los proyectos de vivienda social. Se trata de mejorar la vida de las personas que allí viven. Fomentar que la gente salga a divertirse y a hacer algo que mejore su zona les proporciona una sensación de progreso y fortalece las comunidades. Da acceso a la naturaleza y ayuda a las personas que tienen depresión y problemas de salud mental. Hace que la vida sea mejor para la gente local».
Un asunto complejo
Las ciudades no son el entorno natural para los árboles. Las calles y los espacios peatonales necesitan un suelo compactado para proporcionar una base firme, pero las raíces de los árboles no pueden crecer y prosperar en un terreno de esas características. Plantar un árbol en suelo compactado no afecta únicamente al crecimiento del árbol, sino que provocará que las calzadas o espacios peatonales se rompan y se vuelvan desiguales y peligrosos tanto para coches como para peatones, ya que la raíz busca el espacio necesario para crecer.
Resolver el problema
Wavin, empresa que forma parte del grupo Orbia, se muestra favorable a plantar árboles utilizando para ello su innovadora solución Q-Bic Plus. Wim Vandecauster, director de proyectos e ingeniería, explica cómo se está utilizando esta solución para ayudar a los árboles: «Se diseñó originalmente como una solución de manejo de aguas pluviales, para eliminar el agua de las inundaciones de superficies como carreteras. Sin embargo, cuando el equipo del proyecto examinó el problema de los árboles en el suelo compactado, nos dimos cuenta, al verlo desde otra perspectiva, que algunos de estos productos no solo pueden conservar el agua y el subsuelo para los árboles, sino que también protegen sus raíces y proporcionan espacio para su crecimiento, brindando a un árbol recién plantado tiempo para asentarse y hacerse fuerte. Se instala rápidamente y añade un espacio sólido para las raíces del árbol. Fue un momento «eureka». No necesitábamos diseñar una solución, ¡ya la teníamos!»
Un futuro más brillante para las personas y los árboles
En 2019, el municipio belga de Hasselt será la primera ciudad del mundo en aplicar esta solución innovadora a un problema tan antiguo como costoso: de qué forma proteger los árboles que bordean las calles de la ciudad. En referencia al proyecto, Wim subraya: «Estamos encantados de contribuir a que la ciudad tenga más árboles. Estos árboles perdurarán más allá de todos los que hemos participado en este proyecto, y ese es un pensamiento emocionante. Mucho después de que nosotros ya no estemos, los árboles permanecerán como el legado del trabajo que estamos haciendo. Seguirán ayudando a mitigar el impacto local del cambio climático y la contaminación atmosférica, y brindarán a las personas que viven en las ciudades un lugar más agradable en el que vivir».
George Orwell dijo que plantar un árbol «es un regalo que dejar para la posteridad sin apenas costos o inconvenientes, y si el árbol echa raíces sobrevivirá al efecto visible de cualquiera de tus otras acciones, sean buenas o malas». Wavin suscribe esta cita. De ahí su compromiso por mejorar la vida de las personas que viven en las ciudades.