James Cowan recuerda con claridad el día en que nació la idea de su plataforma de telemedicina.
Estaba embarcando en un vuelo de trabajo cuando su esposa le llamó para decirle que uno de sus cuatro hijos tenía una enfermedad común que ella podía identificar, pero necesitaba una receta para poder tratarla. Mientras ella llevaba a sus cuatro niños a una clínica llena de gente enferma, exponiéndose a contagios, él no podía hacer otra cosa más que desearle suerte. Tras más de una hora de espera, lo único que consiguió fue una receta para tratar la dolencia.
Consciente de la frustración de su esposa por un día perdido, James se decidió a aplicar su experiencia en el ámbito de la economía inteligente. Luego de pensar un poco y de esbozar rápidamente un plan en un trozo de papel, para cuando su vuelo aterrizó, la idea de Docity ya había tomado forma.
«En la próxima década, creemos que más del 30 por ciento de las citas médicas presenciales podrían eliminarse, por un 30 por ciento de su costo».
Docity es una plataforma de telemedicina o, como dice James, una red de atención sanitaria digital, mediante la cual las personas que viven en ciudades pequeñas o en zonas rurales pueden acudir a citas médicas virtuales por video y recibir las recetas, vía electrónica, en la farmacia de su elección. Los pacientes se inscriben en uno de los diversos servicios de Docity que los conectan a los servicios de telesalud de manera privada o a través de un proveedor de servicios de internet.
«Al asociarnos con las personas que poseen y operan las conexiones de fibra, podemos trabajar juntos para crear el canal más seguro posible para realizar visitas médicas de alta resolución y baja latencia, proporcionando así una mejor experiencia a las comunidades en las que operamos», afirma James.
Reducir las brechas
En las ciudades más pequeñas, muchas personas tienen que manejar durante casi una hora para llegar al consultorio del médico, y las visitas a un especialista pueden suponer desplazamientos aún más largos. Docity es de gran utilidad cuando se implementa en zonas rurales y en ciudades más pequeñas que no están situadas cerca de un gran núcleo. Sin embargo, la plataforma requiere un acceso a internet de buena calidad. En ese sentido, James se guardaba un as bajo la manga para cristalizar su incipiente idea: vivía en Chattanooga, Tennessee, la «ciudad del gigabit».
Chattanooga se convirtió en 2010 en la primera población de EE.UU. en desplegar una red que alcanza velocidades de un gigabit en toda la ciudad. Lo hizo usando el conducto Dura-Line. El conducto Dura-Line contiene y protege los cables de fibra óptica, conectando las ciudades a redes de internet más rápidas. Está diseñado con la capacidad de añadir más fibra en el futuro sin necesidad de aumentar los costos de implementación.
En 2015, la red de fibra de Chattanooga, dirigida por el consejo de electricidad del Gobierno local, alcanzó velocidades de 10 gigabits. Esta conexión rápida y confiable fue clave para que Docity funcionara sin problemas y aportara un servicio de gran valor a la comunidad. Al igual que Docity, cientos de startups y empresarios del mundo de la tecnología surgieron en la ciudad luego de que el Gobierno local tuviera la suficiente visión de futuro como para invertir en redes de fibra de alta velocidad con el conducto Dura-Line.
Esa inversión ha dado muchos frutos, ya que a menudo se considera a Chattanooga uno de los mejores lugares de los EE.UU. para vivir, trabajar y comenzar un negocio.
«La velocidad, la claridad y la latencia de esa conexión representaron una enorme ventaja para nosotros, pero aún más para nuestros miembros y proveedores de servicios».
A finales de 2019, Docity se desplegará en 10 mercados de cinco estados de EE.UU. donde las personas deben recorrer largas distancias o están desconectadas de los mercados principales.
Una solución potencial para las comunidades de todo el mundo
La demanda de una atención médica rápida y confiable en los EE.UU. es cada vez mayor. Pero James Cowan y el cofundador de Docity, Will Bewley, tienen otra misión: ampliar su plataforma de telesalud a nivel internacional, especialmente en los países en desarrollo.
«Percibimos un futuro prometedor en el mercado estadounidense y tenemos evidencias claras que apuntan a que nuestro modelo podría ser aún más eficaz en otros países», señala James.
Pero para el resto del mundo, el desafío reside en la infraestructura de comunicación de datos. Se necesita una buena conexión y un excelente ancho de banda para usar una plataforma como Docity. Según sus fundadores, la velocidad mínima necesaria es de 10 Mb, pero para una conexión fluida y con buena resolución recomiendan al menos 100 Mb.
Esto requerirá una inversión sustancial en infraestructuras de datos. Pero es una inversión que resulta rentable. La visión de Dura-Line es la de un mundo en el que todos disfruten del acceso a los datos a gran velocidad y en el que también puedan hacer uso de servicios digitales que ahorren tiempo, dinero y mejoren los resultados sanitarios.
James señala que los países en desarrollo están empezando a descubrir todas las posibilidades que brinda el disponer de conexiones de alta velocidad. «El ahorro de costos, sumado a la capacidad de desarrollar un nuevo sector económico en términos de salud conectada, puede revolucionar las reglas del juego».