Adam Greenland tenía siete años cuando le diagnosticaron asma. No es el único. En todo el mundo, más de 235 millones de personas viven con asma. Sin embargo, fue uno de los afortunados. No era una afección crónica y desde el principio la pudo controlar con un inhalador.
«Cuando era niño, me resultaba difícil hacer deporte. Tenía dificultad para respirar y debía detenerme para recuperar el aliento todo el tiempo. Suelo decir que es como respirar a través de un sorbete».
- Adam Greenland
Sus padres lo llevaron al médico, le hicieron el diagnóstico y le facilitaron un inhalador. La mejora fue inmediata. Desde ese día, era Adam quien controlaba el asma y no al revés.
La primera versión de un inhalador para el asma se introdujo en el mundo ya en 1778, pero fue casi un siglo más tarde, en 1860, cuando el inhalador comenzó a utilizarse como nebulizador. Sin embargo, tomó más tiempo aún para que se convirtiera en un tratamiento reconocido. De hecho, esto no se produjo hasta comienzos del siglo pasado.
Como muchos otros pacientes con asma, Adam usa su inhalador para aliviar los síntomas. Ahora, cuando hace deporte o entrena en el gimnasio, lo utiliza antes de empezar. No está dispuesto a permitir que el asma sea un impedimento para él, sólo es una enfermedad que debe mantener bajo control.
Efecto hereditario
En 2012 nació la hija de Adam. Ella también padece asma, ya que es una enfermedad hereditaria. ¿En qué medida afecta a su pequeña? Al igual que su padre, ella utiliza un inhalador, así que puede controlar sus efectos.
«El uso de un inhalador se convierte en algo absolutamente natural. Siempre llevo uno conmigo. Siempre tengo uno en el auto. Otro en mi bolsa del gimnasio. Ese sería mi consejo para cualquiera que reciba un diagnóstico como el mío: aprender a controlarlo desde el principio. No dejes que el asma cambie tu vida; haz que encaje en ella. Es más que factible. Es un inconveniente, pero si te aseguras de tomar tu medicación como se te ha indicado y mantienes un par de inhaladores donde es más probable que los necesites, en realidad no supone un gran problema».
- Adam Greenland
Adam ha logrado conjugar su historia personal y su trabajo. Trabaja en Koura, parte del Grupo de Negocio Fluorinated Solutions de Orbia y líder mundial en propelentes médicos, que suministra más del 70% de los inhaladores para el asma del mundo.
«Soy el nuevo director de marketing farmacéutico de Koura, e, irónicamente, también soy un usuario de los propelentes médicos que desarrolla la empresa».
- Adam Greenland
Como Adam, más de 100 millones de personas en todo el mundo controlan su asma con las soluciones suministradas por Koura.
Sin embargo, el asma no sólo afecta a las personas. En 2018, un estudio de la Organización Mundial de la Salud mostró que más de 1,000 personas en países de ingresos bajos y medios sufren los efectos de esta enfermedad. Pero los costos económicos del asma no se sienten únicamente allá; incluso en Europa el costo de los días de baja laboral vinculados al asma ascendió a 19 millones de euros en 2011.