Cuando Jan-Willem Viets, director de Wavin en los Países Bajos, se propuso cambiar el sistema de calefacción de su casa, no tuvo gran problema para decidirse entre todas las opciones disponibles. Eligió la calefacción por suelo radiante de Wavin, que incorpora el nuevo sistema de control Sentio de la empresa.
Jan-Willem vive en un tranquilo barrio de Arnhem, lugar de la famosa batalla de la segunda guerra mundial conmemorada en la película de 1977 Un puente demasiado lejos. La ciudad se encuentra en las estribaciones de Veluwe, el bosque más grande del país, lo que implica que allí se registran más precipitaciones que en la mayor parte del país. A su familia, formada por su esposa Karin y sus dos hijas, le gusta sacar a pasear a su perra Pippa por los bosques cercanos. Como dice Jan-Willem: «Tenemos suerte de vivir en Arnhem. Es un sitio muy agradable, con muchos parques y áreas verdes. Tenemos zonas rurales muy cerca y, al mismo tiempo, disfrutamos de todas las comodidades de vivir en una ciudad. El clima en los Países Bajos es frío, con inviernos húmedos y veranos a los que podríamos calificar de "cambiantes", a veces maravillosamente cálidos, a veces incómodamente calurosos y otras veces fríos y húmedos».
Como en muchos otros lugares del mundo, el clima en los Países Bajos es cada vez más extremo debido al cambio climático. Por ello, para Jan-Willem es importante disponer de un sistema de calefacción que funcione bien, independientemente del tiempo que haga.
«Cuando renovamos la planta baja, elegimos la calefacción por suelo radiante por varias razones. Nos permite mantener una temperatura constante sea cual sea el clima. Va perfecto con nuestras dinámicas de familia: a las niñas les encanta jugar en el suelo con el perro. Y Karin y yo disfrutamos de la flexibilidad necesaria para utilizar el espacio sin tener que pensar dónde están los radiadores».
-Jan-Willem Viets
Desmentir los mitos
Una falsa creencia sobre la calefacción por suelo radiante es pensar que no funciona bien bajo pisos de madera o alfombras. Jan-Willem desmiente este mito explicando: «En nuestra casa, en la sala de estar y en mi oficina doméstica, pusimos pisos de madera. Tenemos azulejos en el pasillo, la cocina y el baño de abajo. Y debajo del piso hay una base de concreto, con calefacción por suelo radiante. El sistema funciona de maravilla independientemente del revestimiento del suelo. Elegimos esta calefacción principalmente por comodidad. La temperatura es constante, por lo que la casa nunca está ni demasiado caliente ni demasiado fría. También ofrece mucha eficiencia energética, lo cual es muy importante para nuestra familia. Más eficiencia significa menores costos de funcionamiento, por lo que es muy rentable». Y añade: «Cuando teníamos radiadores, podías sentir que el calor de la habitación variaba. Hacía más calor cerca del radiador y más frío en el resto de la habitación. Ahora, como ya no hay radiadores, la temperatura es la misma en todas partes. Además, no pierdes espacio como sucede con los radiadores tradicionales. También es más silencioso. Ya no tienes el ruido que hacían los radiadores al calentarse y al enfriarse».
Otro mito es que la calefacción por suelo radiante tarda horas en calentar la casa. Jan-Willem ha descubierto que no es el caso. Si ajustas la temperatura mínima y máxima al principio te aseguras de que el sistema se mantenga dentro de esos parámetros. La parte más difícil de la adaptación al nuevo sistema, según Jan-Willem, es enseñar a tu familia a no manipular los controles para subir o bajar la temperatura.
Un tema importante para Jan-Willem era el impacto que la calefacción de la casa tendría en el cambio climático. El sistema correcto de calefacción por suelo radiante no solo hace posible reducir las facturas de la luz, sino que también minimiza el consumo de energía, lo cual es bueno para el planeta.
«Al trabajar para una empresa donde la sustentabilidad es la base de todo lo que hacemos, era importante considerar en qué medida nuestras decisiones personales afectan al clima. Queremos tener un hogar cómodo, pero sin perjudicar al clima. Y eso es lo que tenemos ahora».
-Jan-Willem Viets